Voici le texte sur lequel ils travailleront : « D.T. » d'Eduardo M. Laens Aguiar (Montevideo, Uruguay, 1979). Nous le remercions de nous avoir gentiment permis de traduire et publier son texte… En échange et, plus encore, en signe d'amitié Vanessa, Laëtitia et Joachim se mettent d'ores et déjà au service de son texte…
Je leur souhaite une belle et fructueuse aventure de SF et de traduction !
D.T.
A millones de años
luz, en la galaxia Néferes, sabían que existía la remota
posibilidad de un viaje interplanos, un glich temporal-espacial que
transportaría a alguien desde un inesperado punto a un desconocido
paraje. La primera prueba fue hecha a ciegas, sin esperar tener
éxito, pero para asombro de todos, sí lo tuvo. Como no podían
pronosticar el resultado, cuando apareció ante ellos el
desconcertado visitante, se vieron tan sorprendidos como él.
Irinio Gómez había
nacido en Capitán González, un humilde pueblo perdido en las
llanuras de Buenos Aires. La vida lo había hecho amante del
fútbol, pero la naturaleza le había negado la destreza necesaria
para practicarlo. De todos modos, como Dios no cierra una puerta sin
abrir una ventana, su inteligencia y sagacidad lo convirtieron en un
eximio Director Técnico. Sólo en cinco temporadas había hecho
ascender de categoría a tres clubes poco conocidos del interior, y
el destino le auguraba mucho más.
Irinio ancló en un
paraje ni siquiera imaginado para su vida mundana. A pulmón, y no
sin errores y temores, logró adaptarse. Es que, el Señor Gómez,
como algunos lo llamaban, poseía algo que ni siquiera en el futuro
lejano y avanzado de otra galaxia se puede comprar: el sentido
común.
Hombre de campo,
afable y siempre bien dispuesto, supo hacerse de amigos y ganarse la
confianza de muchos.
Por decisión propia
se enlistó en la armada galáctica, ya que neófito de la vida
espacial, imaginó que en el ejército podría hacer uso de sus
dotes de estratega.
Su lógica implacable
y su oportunismo para los buenos consejos le forjaron una honorable
imagen de conductor. Ascendió rápido al puesto de Estratega de
Flota donde impresionó a muchos con sus arriesgadas tácticas
aéreas.
Aquellos eran tiempos
difíciles en la confederación de Néferes, donde la Alianza de
Flotas Armadas Xión, o AFAX como solía conocérsela, había
invadido por la fuerza siete de los trece planetas que conformaban el
Sistema Dos, donde Irinio comandaba sus naves.
El Estratega de Flota
Gómez —tal era su rango— trabó una coalición con el planeta
vecino que le permitió a su escuadra contar con un ejemplar de cada
nave tradicional y con algunos buenos pilotos. Por decisión
unánime fue declarado Director Táctico de la Coalición Ofensiva
Dos, pero pidió que lo llamaran DT de la COD.
Las estadísticas de
la AFAX eran abrumadoras. Había ganado todas las batallas que
había luchado en planetas enemigos, y resultaba imbatible en su
mundo, donde una formación ultradefensiva impedía cualquier
intento de ataque.
Pero el encuentro no
podía evitarse, por lo que Irinio juntó a sus capitanes y les
habló sin vueltas, como sólo él sabía hacerlo.
—Muchachos, a este
partido hay que jugarlo. Podemos buscar posponerlo, esquivarlo
—hablaba con voz fuerte, autoritaria—, pero llegado el momento,
la pelota se va a poner en movimiento, y cuando eso pase, quiero ser
yo quien lo decida.
Sus Capitanes
asentían, ya familiarizados con la verborragia extravagante de su
superior.
—Sabemos por
informes que una flota de AFAX va en busca del planeta Tryn, por lo
que va a pasar muy cerca de nosotros —Señalaba en una pantalla el
recorrido de las órbitas planetarias—. Propongo que la esperemos
aquí, que nos hagamos fuertes en casa, que sepa lo que es jugar de
visitante.
—¿Cuál será el
planteo táctico? —preguntó uno de sus capitanes—. Porque esa
avanzada cuenta con los dos artilleros más potentes y veloces de la
tropa de AFAX —Y con algo de miedo agregó—: y nosotros somos un
rejunte de naves.
—Nosotros somos un
equipo, Mer —Cuando se dirigía a su gente lo hacía por sus
nombres de pila, no por sus cargos.
Tomó el marcador
láser y encendió un panel luminoso.
—Saldremos con doble
línea de 4, con los transpolares en los extremos atentos a los
desbordes de los artilleros de AFAX —Su mano se movía veloz en la
pizarra electrónica—. Pondremos al Cañón Iónico de stopper,
bien retrasado, buscando tiros lejanos; y vos, Vik, tendrás
movilidad plena y libre, arriba, con el Artillero Liviano.
Se hablaron algunos
temas más, meramente tácticos y repasaron algunos movimientos de
ataque que venían practicando en las semanas anteriores. Desde ese
momento, todos los pilotos quedaron concentrados hasta el día del
encuentro.
El momento llegó y
la formación de la COD se dispuso según el planteo estratégico
hablado. La AFAX no fue tomada por sorpresa; Irinio ya lo sabía,
pero contaba con que los menospreciaran. Y así fue.
Desde el primer
movimiento los artilleros del enemigo se mostraron osados y animados.
Pero la línea defensiva de la COD estuvo a la altura de las
circunstancias evitando las estocadas del contrincante.
El DT seguía atento
los movimientos de los delanteros de la AFAX, buscando el momento
justo para gritar sus órdenes mientras, arriba, Vik mantenía
entretenido a los cañones defensores, "¡Dios, ese muchacho
tiene movimientos temerarios!", pensó.
En un determinado
momento, uno de los artilleros enemigos se cuadró para un cruce
profundo hacia la línea de fondo de la COD; en ese mismo instante,
el DT gritó por el intercomunicador:
—¡Salimos!
Y los cuatro últimos
cruceros que cubrían al cañón defensor despejaron el área,
dejando al atacante sólo y abierto en el espacio, al descubierto.
Con la coordinación propia de un movimiento mil veces ensayado, los
transpolares de la COD ya habían girado y tomaron al artillero por
detrás.
—¡Definan
muchachos, es más fácil hacerlo que errarlo! —exhortó Irinio.
Sin defraudar a su DT, ambas naves acertaron sus disparos, perfectos,
milimétricos.
Esto sin duda marcó
un hito en el encuentro, ya que el otro artillero, abandonado en el
ataque, replegó su vuelo hacia las protectoras líneas defensoras
de sus compañeros.
Vik se reunió con
los transpolares a la espera de las órdenes del DT, quedando el
campo de batalla en un no planificado entretiempo.
El DT no escatimó
palabras para alentar a sus hombres.
—¡Excelente
muchachos! Ya inclinamos la cancha, ahora ellos nos van a esperar
colgados del travesaño. ¡Estemos atentos a los contraataques!
Su voz sonaba
autoritaria pero paternal, y los pilotos lo escuchaban alertas,
seguros de que cada palabra escondía un tesoro de sabiduría
codificada.
—No nos
desesperemos, abramos la cancha todo el tiempo, forcémoslos a que
se separen y busquemos los huecos que dejen.
Cada uno de los
pilotos afirmó que comprendía las órdenes y solicitó permiso
para volver al encuentro, pero Irinio aun tenía algunos consejos
más.
—Cuidemos el
resultado, pero sin ser mezquinos. El crucero central de ellos es
horrible,
busquémoslo.
Aprovechemos la gambeta corta de Vik para desorientar a los cañones.
Y luego de un silencio buscado, arengó: —¡¡¡Vamos, la COD!!!
—¡¡¡Vamos!!! —repitieron todos al unísono y salieron al
ruedo.
La lectura del DT
había sido la correcta, las naves de la AFAX se mostraban
dubitativas en un esquema ultradefensivo muy cerrado.
—Transpolares,
juguemos bien pegados a la raya y desde ahí hacia el centro de la
hoya.
El despliegue era
coreográfico, y eso ponía orgulloso al DT. Luego de varios
embates, Vik esquivó a uno de los cruceros y acertó un disparo de
lleno en otro de ellos, el que Irinio les había marcado.
La conquista fue
ampliamente festejada por todos, incluido el DT y sus ayudantes.
Luego de la euforia, y aprovechando el golpe dado a las fuerzas de la
AFAX, pidió orden.
—¡Muy bien equipo!
Reagrupémonos. El dos a cero es el peor resultado, así que
cuidémonos más que antes. Los tenemos en un arco, ¡hagamos que
eso siga siendo así!
La escuadra de la COD
sólo se replegó para comenzar un nuevo movimiento de ataque. A
través de la pantalla del radar, Irinio podía ver en los
movimientos de sus hombres que estaban más sueltos, sin duda menos
concentrados, a causa del resultado favorable.
Vik flanqueaba naves
con facilidad, pero parecía negado a asestar el golpe final. Los
transpolares rodeaban los cañones enemigos, pero disparaban desde
posiciones poco ortodoxas, intentando acertar tiros imposibles.
Un disparo del
artillero enemigo rozó a uno de los cruceros de la COD y esto
desató la furia del DT.
—¡Señores! ¿Qué
estamos haciendo? ¿Nos queremos meter con pelota y todo? ¡Parece
que todos quieren colgarla de un ángulo! Sepan que los goles que no
se hacen en un arco se sufren en el propio. ¡Cerremos este partido
ya!
El reto surtió
efecto y el orden volvió a las filas de la COD. Pero el único
artillero de la AFAX se animó a más y comenzó a inquietar a
Irinio. Dos veces estuvo a punto de perder alguna de sus naves y en
ambas el azar estuvo de su lado.
Pero el mismo azar
hizo que un disparo afortunado del cañón defensor de la COD
impactara de lleno al maldito artillero enemigo.
Tres a cero y sin
naves veloces, el encuentro estaba decidido. Irinio lo supo y llamó
a su gente. —¡Volvemos!
El equipo se replegó,
no sin lanzar algún disparo más al espacio vacío, sólo por
intimidar. Las restantes fuerzas de la AFAX se agruparon y
emprendieron una vergonzosa retirada.
Este triunfo resonó
por toda la galaxia y su historia fue contada en cada rincón del
sistema. El día que un equipo chico doblegó al candidato a
imperio, Irinio Gómez fue el DT del Universo.
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