Claudio del Castillo est l'auteur de « Pionniers de l'espace », la nouvelle hilarante (oui, j'avoue que j'ai un petit coup de cœur) sur laquelle travaille l'équipe des Aurores boréales, Perrine Huet, Justine Ladaique et Sophie Veaux.
Merci à Claudio et merci à Elena.
1) Elena Geneau. ¿Desde cuándo escribe?
Claudio G. del Castillo. Bueno, en mi caso el acto
de escribir a conciencia, como tantas series que pululan hoy en los
medios audiovisuales, se divide en temporadas. Tres para ser
precisos. La 1ra Temporada, “Claudio, escritor de terror” fue
cuando yo tenía entre ocho y diez años, no lo recuerdo con
exactitud. En aquella ocasión perpetré dos cuentecillos en una
libreta que tenían como protagonistas a un pulpo gigante (un plagio
descarado, si bien a pequeña escala, de la novela “Tiburón”,
que había acabado de leer) y un hombre que en las noches de luna
llena se transformaba en una especie de bestia (no en un lobo,
aclaro; se transformaba en una “bestia que causaba pavor”. Nunca
olvidaré la frase, por más que no consiga encontrar la dichosa
libreta). Cuando se los mostré a mi mamá le encantaron, ni que
decirlo tengo, e imagino que desde ese día el bichito de la
literatura no me abandonó, a pesar de que ese mismo día se acostara
a dormir una siesta que duró hasta el 4to año de mi ingeniería en
Telecomunicaciones y Electrónica, carrera que estudié en la UCLV
(Universidad Central de Las Villas). Ahí comenzó la 2da Temporada:
“Claudio, ¿¡dramaturgo!?” Tengo que admitirlo, soy una persona
impresionable y el prestigioso premio Casa de las Américas que
obtuviera en teatro mi papá, Jesús del Castillo, a sus 48
primaveras y a solo dos años de haber empuñado la pluma (entiéndase
“aporrear el teclado”), me hicieron creer que aquello era silbar
y hacer chancletas. Conque me bebí el “Teoría y técnica de la
dramaturgia” de John Howard Lawson y escribí al hilo tres obras de
teatro que aún hoy las leo y me pongo colorado. El estreno de
“Claudio, escritor de lo que sea, pero sobre todo de ciencia
ficción”, la 3ra Temporada, fue hace tres años, en febrero de
2009. Entonces le dediqué una semana entera a un relato de cinco
líneas, quedé conforme con el producto y desde ese día a la fecha
no he parado. Eso sí, voy a mi paso; trabajando en un aeropuerto y
con dos niños pequeños no podía ser de otra manera.
2) E.G. ¿Desde cuándo publica?
C. C. Mi primer cuento “Pudo
ser” fue publicado en agosto de 2009, el mismo año en que empecé
a escribir, en el No. 199 de la prestigiosa revista argentina Axxón
Ciencia Ficción, a raíz de su convocatoria “Axxón –
Ficciones breves 2009”. Aunque no obtuve el premio ni quedé entre
los finalistas, por razones obvias, un puñado de cuentos breves míos
fueron seleccionados y publicados en el número antes citado y con
posterioridad. Aquella primera publicación tuvo la virtud de
inyectarme una dosis de optimismo que hasta hoy circula por mis
venas. Por esto, hago un aparte para expresar mi más profundo
agradecimiento a Eduardo Carletti, director de la revista, y a los
editores de Axxón, entre ellos Silvia Angiola. Es grande la tarea
que hacen; tarea que, por desgracia, no es lo suficientemente
reconocida.
3) E.G. ¿Siempre ha
escrito Ciencia Ficción?
C.C. Si tomo como punto de
referencia el periodo en el que estoy inmerso y que a todos los
efectos es el que vale, tengo que responder que casi siempre he
escrito ciencia ficción, o en su defecto, fantasía y terror.
También en ocasiones se me ocurren historias que deben ser tratadas
de forma realista; en estos casos me entrego a la tarea de recrearlas
sin ascos, aunque la mayoría de las veces son cuentos de corte
humorístico. Pero, dada mi personalidad, no sé decirle que no a un
buen cuento de humor.
4) E.G. ¿Por qué eligió
este género?
C.C. La ciencia ficción es el
género que más se aviene a las lecturas que disfruté de pequeño,
a mi formación casi exclusivamente técnica y a mi propensión a ser
demasiado imaginativo. Es un género en el que me siento cómodo, ya
que sus códigos me son familiares. Además tiene un público muy
fiel, que sabe bien lo que quiere, y a mí me gusta creer que puedo
darle a ese público lo que busca y necesita: la especulación audaz
y el sentido de la maravilla. Porque la ciencia ficción, digan lo
digan, tiene su propia estética. Una estética que va más allá de
las hazañas de estilo, las imágenes brillantes, las metáforas de
impacto u otras figuras retóricas que no conozco o no sé
pronunciar.
5) E.G. ¿Qué otros
textos ha publicado?
C.C. En total, sacando cuentas
a vuelo de pájaro, debo tener publicados más de medio centenar de
cuentos tanto en papel como en soporte digital (solo en Axxón tengo
24). Los que considero más importantes, ya que me han marcado de un
modo u otro son: “El vuelo del ilirith” (En NGC 3660, Juventud
Técnica, La cueva del lobo y Tiempo cero, esta última una
antología), “Escenario 0: Valle de Chessick” (En Axxón y Korad,
un e-zine cubano del género), “Escenas de la presidencia” (En
Axxón), “Cuadrados” (En la antología Cryptonomicón 4 e
Isliada.com) y “Del Meteorocentrismo y otras tonteorías” (NGC
3660 y Próxima). Además suelo colaborar con relatos cortos en la
revista digital miNatura, de Ricardo Acevedo Esplugas y Carmen Rosa
Signes, y en los blogs del Grupo Heliconia, que liderado por el
incansable Sergio Gaut vel Hartman reúne a escritores de excelente
calidad de distintos países.
6) E.G. ¿Es un gran
lector de ciencia ficción?
C.C. Antes lo era; ya no
tanto. Hay varios factores que inciden en esto. De una parte,
dispongo de muy poco tiempo para leer (no solo ciencia ficción;
cualquier cosa). Por otro lado la publicación en Cuba de libros del
género es prácticamente nula. Casi siempre uno encuentra en las
librerías los viejos clásicos que ya ha leído una y otra vez. La
mayoría de libros que poseo están en formato digital y al menos a
mí me resulta en extremo fatigoso leer frente al ordenador. “¡Pero
cómprate un Kindle o un iPad, hombre!”, me han sugerido algunos
colegas de allende los mares. A lo que he respondido: “Ja, ja, eso
no existe aquí mi amigo; pero aún existiendo, un iPad me costaría
el salario de un año.” Triste pero cierto. Por eso acostumbro
decir que estoy haciendo azúcar con caña vieja.
7) E.G. ¿Cuáles son sus
autores preferidos? ¿Por qué?
C.C. Con los ojos cerrados:
Isaac Asimov, Ray Bradbury y Terry Pratchett. San Isaac por la
precisión e inteligencia con que elabora sus historias y por la
efectividad de sus diálogos; Bradbury por la poesía y el humanismo
que emanan de sus cuentos y Pratchett porque su sentido del humor es
sencillamente genial. Algo curioso me sucede con Terry Pratchett: me
da miedo acercarme a su literatura pues me siento tan identificado
con su sentido del humor que temo plagiarlo inconscientemente. De
hecho, por este mismo motivo, solo he leído algunos cuentos suyos a
pesar de que en mi ordenador atesoro varias de sus novelas de la saga
de Mundodisco.
8) E.G. ¿Qué autor lo
ha inspirado más?
C.C. Isaac Asimov, sin lugar a
duda. Recuerdo que cuando leí el cuento “Amanecer” en una
antología realizada por la escritora cubana Daína Chaviano, quedé
tan impresionado que tuve que leerlo dos veces más. “Amanecer”
es un cuento que aún hoy disfruto enormemente. Hay quien asegura que
tomó la pluma para escribir lo que le gustaría leer. Esta
afirmación para mí es una gran falacia. Yo quisiera con todo mi
corazón emular con Asimov, sin embargo no puedo. En fin, que uno
escribe lo que puede, no lo que quiere.
9) E.G. ¿Se dice que hay
muy poca ciencia ficción en su país, es verdad? ¿Por qué?
C.C. No es cierto que haya
poca ciencia ficción en Cuba. Estimo que el porciento de autores que
se dedican al género se equipare al de otros países de habla
hispana en que este género es fuerte (Argentina y España, por
ejemplo). Solo que en Cuba ocurre un fenómeno muy singular. Si
sacamos de contexto la teoría del iceberg de Hemingway y la
aplicamos a mi país sucede que, lamentablemente, nuestras
limitaciones de acceso a Internet, por las causas que sean, motivan
que no se vea el grueso de la producción; esto es, la parte
sumergida del iceberg. Del mismo modo, te puedo asegurar que tampoco
las caras visibles son necesariamente las de los escritores de mayor
calidad. Sin ir más lejos, conozco escritores que tienen una prosa
más brillante que la mía, que han hilado historias la mar de
interesantes y, sin embargo, son desconocidos por completo por los
lectores no cubanos al no disponer de un acceso a internet que les
permita divulgar su obra.
10) E.G. ¿Se dice que la
literatura de ciencia ficción es más bien para los adolescentes,
piensa que en realidad tiene un alcance más importante?
C.C. La ciencia ficción es
literatura para adolescentes… cuando se escribe para adolescentes.
¿Acaso “1984”, de Orwell, puede considerarse una novela para
adolescentes? No lo creo. Buena parte de la literatura del género
requiere de una mente madura, entrenada, capaz de captar las
sutilezas que el autor ha incorporado en su obra. Un adolescente no
está preparado para aquilatar la magnitud de ciertos textos,
sencillamente porque le faltan visión, experiencia y conocimientos
sólidos sobre la sociedad, la política, la sicología, etc. Estos
conocimientos solo se adquieren con el decursar de los años.
11) E.G. ¿Qué opina del
porvenir de la literatura de Ciencia Ficción en Latinoamérica en
general y en su país en particular?
C.C. Reconozco que piso
terreno enlodado al hablar del tema, sobre todo en cuanto a
Latinoamérica se refiere, pues la información de que dispongo es
mínima. Sí he notado que han desaparecido muchas revistas (por
ejemplo la colombiana Cosmocápsula y la argentina Sensación!, de
Laura Ponce) y que cada vez son menos los premios literarios que
convocan el género. Otras revistas se las han visto negras para
lograr mantenerse a flote. En el caso de Cuba, sin embargo, diríase
que hay una especie de florecimiento discreto que ha venido de la
mano de recientes publicaciones en papel (antologías como Tiempo
cero y ¡En sus marcas, listos, futuro!, entre otras) o digitales
(Qubit, Korad y Cuenta regresiva) y concursos literarios de nueva
aparición (El Hydra de novela en su primera convocatoria y el Oscar
Hurtado, que ya va por la cuarta). Especial crédito merece al
taller literario Espacio Abierto, al cual tengo el honor de
pertenecer. Sus coordinadores Raúl Aguiar, Carlos Duarte, Jeffrey
López y Elaine Vilar han conseguido que autores de la talla de Yoss
compartan espacio con nuevos talentos que han surgido a lo largo del
país: Yonnier Torres, Leonardo Gala, Erick Flores, Victor Hugo Pérez
Gallo, Yunieski Betancourt y… bueno, no puedo mencionarlos a todos.
Ellos sabrán perdonarme.
12) E.G. ¿La Ciencia
Ficción es una manera de expresar la realidad?
C.C. Durante la presentación
que hice al libro “Delicados procesos”, de Yonnier Torres, en la
Feria que acaba de tener lugar en Santa Clara, mi ciudad, dije algo
que transcribiré aquí, con mínimas variaciones: “El escritor de
ciencia ficción se erige en una suerte de orfebre que, tomando como
materia prima el barro común (nuestra cotidiana realidad) nos
asombra con la variedad infinita de jarrones (cuentos) que su
sensibilidad y su arte es capaz de concebir. Y la variedad la logra
porque como el artista que es, selecciona del Hoy en que vivimos un
elemento aquí y otro allá y los extrapola a futuros lejanos, o no
tanto según el caso, de modo que nos regala visiones múltiples de
nuestro mundo. Visiones que, precisamente, dada su multiplicidad, no
aspiran a ser proféticas. Pero nadie dijo que debían serlo,
¿cierto? Porque el “truco” de la ciencia ficción no consiste en
emplear a destajo los avances tecnológicos más extraordinarios, o
en intentar convencernos de que dentro de un milenio seremos
cabezones, blancuzos y de ojos botados como Gollum (Aunque
probablemente nos veamos así cuando la consola de Play Station ronde
la versión 9000 y la evolución haga lo suyo). El “truco” de la
ciencia ficción, o digámoslo mejor, el sortilegio, está en
maravillarnos con historias creíbles y posibles, ganándole la
carrera al tiempo para abrir ante nuestros ojos el abanico de futuros
que, con el dinero de hoy, podríamos comprar mañana, aunque no nos
guste. De esta manera nos convida a actuar pues somos los únicos
seres racionales que pueblan la faz de la Tierra (o eso nos gusta
creer), lo que nos convierte en los únicos responsables de nuestro
porvenir. En nuestras manos está escoger”.
Más información sobre
el autor:
1 commentaire:
Muchas gracias a Claudio por permitirnos traducir su muy divertido cuento : Pioneros del espacio.
Gracias también por estas palabras.
Enregistrer un commentaire