lundi 27 février 2012

Entretien avec Claudio G. del Castillo (Cuba) – auteur de SF

Claudio del Castillo est l'auteur de « Pionniers de l'espace », la nouvelle hilarante (oui, j'avoue que j'ai un petit coup de cœur) sur laquelle travaille l'équipe des Aurores boréales, Perrine Huet, Justine Ladaique et Sophie Veaux.

Merci à Claudio et merci à Elena.

1) Elena Geneau. ¿Desde cuándo escribe?
Claudio G. del Castillo. Bueno, en mi caso el acto de escribir a conciencia, como tantas series que pululan hoy en los medios audiovisuales, se divide en temporadas. Tres para ser precisos. La 1ra Temporada, “Claudio, escritor de terror” fue cuando yo tenía entre ocho y diez años, no lo recuerdo con exactitud. En aquella ocasión perpetré dos cuentecillos en una libreta que tenían como protagonistas a un pulpo gigante (un plagio descarado, si bien a pequeña escala, de la novela “Tiburón”, que había acabado de leer) y un hombre que en las noches de luna llena se transformaba en una especie de bestia (no en un lobo, aclaro; se transformaba en una “bestia que causaba pavor”. Nunca olvidaré la frase, por más que no consiga encontrar la dichosa libreta). Cuando se los mostré a mi mamá le encantaron, ni que decirlo tengo, e imagino que desde ese día el bichito de la literatura no me abandonó, a pesar de que ese mismo día se acostara a dormir una siesta que duró hasta el 4to año de mi ingeniería en Telecomunicaciones y Electrónica, carrera que estudié en la UCLV (Universidad Central de Las Villas). Ahí comenzó la 2da Temporada: “Claudio, ¿¡dramaturgo!?” Tengo que admitirlo, soy una persona impresionable y el prestigioso premio Casa de las Américas que obtuviera en teatro mi papá, Jesús del Castillo, a sus 48 primaveras y a solo dos años de haber empuñado la pluma (entiéndase “aporrear el teclado”), me hicieron creer que aquello era silbar y hacer chancletas. Conque me bebí el “Teoría y técnica de la dramaturgia” de John Howard Lawson y escribí al hilo tres obras de teatro que aún hoy las leo y me pongo colorado. El estreno de “Claudio, escritor de lo que sea, pero sobre todo de ciencia ficción”, la 3ra Temporada, fue hace tres años, en febrero de 2009. Entonces le dediqué una semana entera a un relato de cinco líneas, quedé conforme con el producto y desde ese día a la fecha no he parado. Eso sí, voy a mi paso; trabajando en un aeropuerto y con dos niños pequeños no podía ser de otra manera.

2) E.G. ¿Desde cuándo publica?
C. C. Mi primer cuento “Pudo ser” fue publicado en agosto de 2009, el mismo año en que empecé a escribir, en el No. 199 de la prestigiosa revista argentina Axxón Ciencia Ficción, a raíz de su convocatoria “Axxón – Ficciones breves 2009”. Aunque no obtuve el premio ni quedé entre los finalistas, por razones obvias, un puñado de cuentos breves míos fueron seleccionados y publicados en el número antes citado y con posterioridad. Aquella primera publicación tuvo la virtud de inyectarme una dosis de optimismo que hasta hoy circula por mis venas. Por esto, hago un aparte para expresar mi más profundo agradecimiento a Eduardo Carletti, director de la revista, y a los editores de Axxón, entre ellos Silvia Angiola. Es grande la tarea que hacen; tarea que, por desgracia, no es lo suficientemente reconocida.

3) E.G. ¿Siempre ha escrito Ciencia Ficción?
C.C. Si tomo como punto de referencia el periodo en el que estoy inmerso y que a todos los efectos es el que vale, tengo que responder que casi siempre he escrito ciencia ficción, o en su defecto, fantasía y terror. También en ocasiones se me ocurren historias que deben ser tratadas de forma realista; en estos casos me entrego a la tarea de recrearlas sin ascos, aunque la mayoría de las veces son cuentos de corte humorístico. Pero, dada mi personalidad, no sé decirle que no a un buen cuento de humor.

4) E.G. ¿Por qué eligió este género?
C.C. La ciencia ficción es el género que más se aviene a las lecturas que disfruté de pequeño, a mi formación casi exclusivamente técnica y a mi propensión a ser demasiado imaginativo. Es un género en el que me siento cómodo, ya que sus códigos me son familiares. Además tiene un público muy fiel, que sabe bien lo que quiere, y a mí me gusta creer que puedo darle a ese público lo que busca y necesita: la especulación audaz y el sentido de la maravilla. Porque la ciencia ficción, digan lo digan, tiene su propia estética. Una estética que va más allá de las hazañas de estilo, las imágenes brillantes, las metáforas de impacto u otras figuras retóricas que no conozco o no sé pronunciar.

5) E.G. ¿Qué otros textos ha publicado?
C.C. En total, sacando cuentas a vuelo de pájaro, debo tener publicados más de medio centenar de cuentos tanto en papel como en soporte digital (solo en Axxón tengo 24). Los que considero más importantes, ya que me han marcado de un modo u otro son: “El vuelo del ilirith” (En NGC 3660, Juventud Técnica, La cueva del lobo y Tiempo cero, esta última una antología), “Escenario 0: Valle de Chessick” (En Axxón y Korad, un e-zine cubano del género), “Escenas de la presidencia” (En Axxón), “Cuadrados” (En la antología Cryptonomicón 4 e Isliada.com) y “Del Meteorocentrismo y otras tonteorías” (NGC 3660 y Próxima). Además suelo colaborar con relatos cortos en la revista digital miNatura, de Ricardo Acevedo Esplugas y Carmen Rosa Signes, y en los blogs del Grupo Heliconia, que liderado por el incansable Sergio Gaut vel Hartman reúne a escritores de excelente calidad de distintos países.

6) E.G. ¿Es un gran lector de ciencia ficción?
C.C. Antes lo era; ya no tanto. Hay varios factores que inciden en esto. De una parte, dispongo de muy poco tiempo para leer (no solo ciencia ficción; cualquier cosa). Por otro lado la publicación en Cuba de libros del género es prácticamente nula. Casi siempre uno encuentra en las librerías los viejos clásicos que ya ha leído una y otra vez. La mayoría de libros que poseo están en formato digital y al menos a mí me resulta en extremo fatigoso leer frente al ordenador. “¡Pero cómprate un Kindle o un iPad, hombre!”, me han sugerido algunos colegas de allende los mares. A lo que he respondido: “Ja, ja, eso no existe aquí mi amigo; pero aún existiendo, un iPad me costaría el salario de un año.” Triste pero cierto. Por eso acostumbro decir que estoy haciendo azúcar con caña vieja.

7) E.G. ¿Cuáles son sus autores preferidos? ¿Por qué?
C.C. Con los ojos cerrados: Isaac Asimov, Ray Bradbury y Terry Pratchett. San Isaac por la precisión e inteligencia con que elabora sus historias y por la efectividad de sus diálogos; Bradbury por la poesía y el humanismo que emanan de sus cuentos y Pratchett porque su sentido del humor es sencillamente genial. Algo curioso me sucede con Terry Pratchett: me da miedo acercarme a su literatura pues me siento tan identificado con su sentido del humor que temo plagiarlo inconscientemente. De hecho, por este mismo motivo, solo he leído algunos cuentos suyos a pesar de que en mi ordenador atesoro varias de sus novelas de la saga de Mundodisco.

8) E.G. ¿Qué autor lo ha inspirado más?
C.C. Isaac Asimov, sin lugar a duda. Recuerdo que cuando leí el cuento “Amanecer” en una antología realizada por la escritora cubana Daína Chaviano, quedé tan impresionado que tuve que leerlo dos veces más. “Amanecer” es un cuento que aún hoy disfruto enormemente. Hay quien asegura que tomó la pluma para escribir lo que le gustaría leer. Esta afirmación para mí es una gran falacia. Yo quisiera con todo mi corazón emular con Asimov, sin embargo no puedo. En fin, que uno escribe lo que puede, no lo que quiere.

9) E.G. ¿Se dice que hay muy poca ciencia ficción en su país, es verdad? ¿Por qué?
C.C. No es cierto que haya poca ciencia ficción en Cuba. Estimo que el porciento de autores que se dedican al género se equipare al de otros países de habla hispana en que este género es fuerte (Argentina y España, por ejemplo). Solo que en Cuba ocurre un fenómeno muy singular. Si sacamos de contexto la teoría del iceberg de Hemingway y la aplicamos a mi país sucede que, lamentablemente, nuestras limitaciones de acceso a Internet, por las causas que sean, motivan que no se vea el grueso de la producción; esto es, la parte sumergida del iceberg. Del mismo modo, te puedo asegurar que tampoco las caras visibles son necesariamente las de los escritores de mayor calidad. Sin ir más lejos, conozco escritores que tienen una prosa más brillante que la mía, que han hilado historias la mar de interesantes y, sin embargo, son desconocidos por completo por los lectores no cubanos al no disponer de un acceso a internet que les permita divulgar su obra.

10) E.G. ¿Se dice que la literatura de ciencia ficción es más bien para los adolescentes, piensa que en realidad tiene un alcance más importante?
C.C. La ciencia ficción es literatura para adolescentes… cuando se escribe para adolescentes. ¿Acaso “1984”, de Orwell, puede considerarse una novela para adolescentes? No lo creo. Buena parte de la literatura del género requiere de una mente madura, entrenada, capaz de captar las sutilezas que el autor ha incorporado en su obra. Un adolescente no está preparado para aquilatar la magnitud de ciertos textos, sencillamente porque le faltan visión, experiencia y conocimientos sólidos sobre la sociedad, la política, la sicología, etc. Estos conocimientos solo se adquieren con el decursar de los años.

11) E.G. ¿Qué opina del porvenir de la literatura de Ciencia Ficción en Latinoamérica en general y en su país en particular?
C.C. Reconozco que piso terreno enlodado al hablar del tema, sobre todo en cuanto a Latinoamérica se refiere, pues la información de que dispongo es mínima. Sí he notado que han desaparecido muchas revistas (por ejemplo la colombiana Cosmocápsula y la argentina Sensación!, de Laura Ponce) y que cada vez son menos los premios literarios que convocan el género. Otras revistas se las han visto negras para lograr mantenerse a flote. En el caso de Cuba, sin embargo, diríase que hay una especie de florecimiento discreto que ha venido de la mano de recientes publicaciones en papel (antologías como Tiempo cero y ¡En sus marcas, listos, futuro!, entre otras) o digitales (Qubit, Korad y Cuenta regresiva) y concursos literarios de nueva aparición (El Hydra de novela en su primera convocatoria y el Oscar Hurtado, que ya va por la cuarta). Especial crédito merece al taller literario Espacio Abierto, al cual tengo el honor de pertenecer. Sus coordinadores Raúl Aguiar, Carlos Duarte, Jeffrey López y Elaine Vilar han conseguido que autores de la talla de Yoss compartan espacio con nuevos talentos que han surgido a lo largo del país: Yonnier Torres, Leonardo Gala, Erick Flores, Victor Hugo Pérez Gallo, Yunieski Betancourt y… bueno, no puedo mencionarlos a todos. Ellos sabrán perdonarme.

12) E.G. ¿La Ciencia Ficción es una manera de expresar la realidad?
C.C. Durante la presentación que hice al libro “Delicados procesos”, de Yonnier Torres, en la Feria que acaba de tener lugar en Santa Clara, mi ciudad, dije algo que transcribiré aquí, con mínimas variaciones: “El escritor de ciencia ficción se erige en una suerte de orfebre que, tomando como materia prima el barro común (nuestra cotidiana realidad) nos asombra con la variedad infinita de jarrones (cuentos) que su sensibilidad y su arte es capaz de concebir. Y la variedad la logra porque como el artista que es, selecciona del Hoy en que vivimos un elemento aquí y otro allá y los extrapola a futuros lejanos, o no tanto según el caso, de modo que nos regala visiones múltiples de nuestro mundo. Visiones que, precisamente, dada su multiplicidad, no aspiran a ser proféticas. Pero nadie dijo que debían serlo, ¿cierto? Porque el “truco” de la ciencia ficción no consiste en emplear a destajo los avances tecnológicos más extraordinarios, o en intentar convencernos de que dentro de un milenio seremos cabezones, blancuzos y de ojos botados como Gollum (Aunque probablemente nos veamos así cuando la consola de Play Station ronde la versión 9000 y la evolución haga lo suyo). El “truco” de la ciencia ficción, o digámoslo mejor, el sortilegio, está en maravillarnos con historias creíbles y posibles, ganándole la carrera al tiempo para abrir ante nuestros ojos el abanico de futuros que, con el dinero de hoy, podríamos comprar mañana, aunque no nos guste. De esta manera nos convida a actuar pues somos los únicos seres racionales que pueblan la faz de la Tierra (o eso nos gusta creer), lo que nos convierte en los únicos responsables de nuestro porvenir. En nuestras manos está escoger”.

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1 commentaire:

Justine a dit…

Muchas gracias a Claudio por permitirnos traducir su muy divertido cuento : Pioneros del espacio.
Gracias también por estas palabras.