Jorge Valentín
Miño est l'auteur de la nouvelle « Boutons noirs » que sont en
train de traduire Perrine Huet et Justine Ladaique pour notre projet
SF/C2C.
Merci à lui et
à Elena.
1) Elena
Geneau. ¿Desde cuándo escribe?
Jorge
Valentín Miño. Desde el colegio ensayé composiciones,
luego me dediqué a pintar, a los treinta me empeñé en mi primer
cuento serio: “El silencio del Triángulo”, de Realismo Mágico,
después enfrenté la novela como un ejercicio diario y de ello nació
”El Crayón Púrpura” (2003) de género fantástico, algo de
vanguardia fuera de lo que se estila publicar acá. La CF me atrapó
a los quince con Julio Verne, Stanislaw Lem y Voltaire. Hace poco,
compré en una feria de Libros un lote que por suerte nadie los
quería; esas lecturas contribuyeron a mejorar mi visión del género
y recursos narrativos.
2) E.G.
¿Desde cuándo publica?
J.V.
M. No he publicado mucho, apenas en el 2003 la novela y de
CF “Gravedad Cero” y Begonias en el Campo de Marte”, bajo
edición de autor. Ahora, la Editorial Pedro Jorge Vera de la Casa de
la Cultura Ecuatoriana publicará IDENTIDAD, una colección de 14
cuentos de CF, donde consta el premio de Juventud Técnica de Cuba,
las tres veces finalista en el Cryptshow y “Las moscas de Marte”
con el que gané este 2012 el mismo certamen y por supuesto “Botones
Negros” en traducción al francés gracias a Caroline Lepage y
Elena Geneau. Muchos cuentos ya terminados se quedan en la carpeta,
un libro con un índice de catorce ya es suficiente.
3) E.G.
¿Siempre ha escrito Ciencia Ficción?
J.V.
M. No. La idea manda. Hay ideas que tributan hacia la
Ciencia Ficción, otras se fijan en poesía, ensayo, cuento infantil,
de terror, fantástico o policial. Creo que por un buen tiempo, si
Dios quiere, voy a seguir con el tema de la CF porque tengo
comenzados muchos cuentos y novelas bajo esa óptica y si no me
dedico va a faltar vida para llevar al papel todo lo imaginado.
Se me hace
difícil escribir literatura realista por mi tendencia a inventar. De
todas maneras “La realidad es irracional” y hay muchas cosas
lacerantes con trama incluida que no calzan en la ficción por su
crudeza. A lo cotidiano le hace falta una manito de pintura por parte
del escritor para hacerlo digerible y tomarse con un poco de
filosofía lo caótico y convulso del mundo actual: polución, ruido,
deforestación, irracionalidad, perversión, crimen…
4) E.G. ¿Por
qué eligió este género?
J.V.M. Porque
es un universo cerrado. El escritor propone las leyes que sustentan
la lógica de la trama y la idea es la estrella, supera a los
personajes (es mi tendencia bajo mi formación como publicista). Es
un juego mental; como acelerar en una montaña rusa; todo comienza
realista, luego se vuelve fantástico y de pronto, con vértigo
incluido, se está pisando en terreno nuevo. Otorga la posibilidad de
extrapolar la realidad, jugar con las ideas científicas, proponer
mecanismos, vislumbrar comportamientos sociales, mover el piso para
transportar a otro contexto, conectar compartimientos estancos de la
mente que antes solo intuían de su mutua existencia. Este género es
altamente creativo, actúa como munición de perdigones para generar
nuevas ideas en el lector. Es inquietante cuando la realidad alcanza
a la ficción y le hace perder novedad (Los satélites que visualizó
Clarke, o los submarinos de Verne…) “En el futuro nadie podrá
viajar al pasado porque si fuese posible ese viaje en nuestro
presente ya habría reporte de ese contacto”. Las máquinas del
tiempo de Wells entonces tienen mucho futuro. Además, la gente que
lee, escribe o simpatiza con la CF es muy entretenida, de buen humor,
abierta a las ideas y alineadas con muchas expresiones del arte; son
arte en sí mismas y es agradable interactuar con ellas.
5) E.G. ¿Qué
otros textos ha publicado?
J.V.M. Pregunta
contestada en las anteriores.
6) E.G. ¿Es
un gran lector de ciencia ficción?
J.V.M. Sí.
Disfruto aprendiendo como resuelven las tramas, figuras literarias y
sobre todo saborear las ideas que la sustenta. Es un género que
ambienta sin caer en la paranoica descripción. Leer CF, vuelve cada
vez más complicado escribir porque no se puede copiar, se está
parado en la cima de una pirámide ya creada y para subir un escalón
más se debe hacer ladrillos de las vísceras de uno mismo, por
ejemplo: el viaje en el tiempo es un limón muy exprimido, sin
embargo con una nueva perspectiva se puede sacar algo más de jugo.
En este junio propuse “Las moscas de Marte” al concurso Cryptshow
2012 en España, el jurado ha dicho en el fallo: que es una mezcla
entre el “Desafío Total” de Paul Verhoeven y la versión clásica
de “La Mosca”; son moscas que te pican en el cráneo y extraen un
día completo de tus recuerdos, el protagonista se esfuerza por
recuperar ese día robado y por eso viaja a Marte. El enfoque es
diferente a lo que ya se hizo y por eso engrana. Sobre las lecturas
ayudan mucho los audiolibros, ahorran tiempo y las voces son buenas.
7) E.G.
¿Cuáles son sus autores preferidos? ¿Por qué?
J.V.M. Douglas
Adams por el humor y lo lejos que se puede llegar subido a su
propuesta. Poul Anderson tiene una prosa impecable. El Dr Asimov
cuando son cosas cortas, sus temas son bastos y su erudición basta,
los personajes se los siente muy humanos y sus mentes son la mejor
arma para enfrentar los peligros. Pierre Boullé; su Planeta de los
Simios me lo devoré como un dulce y estoy añejando “El buen
Leviatán” para leerlo en una playa olvidada un día ante del fin
del mundo. Charles Tanner con ”Tumitak de los corredores”, una
novela heroica y repleta de imágenes. Phillip J. Farmer es un
martillo y yunque con su “Mundo del Río”, sus personajes
transpiran intensamente y hasta se puede sentir su aliento a un palmo
de la cara. Aldous Huxley es un buen anfitrión, es muy creíble y
sus ideas cada vez están a la vuelta de la esquina en convertirse en
realidad. Me gusta Jack Vance y disfrute enormemente “La mariposa
Lunar”. Viene Fritz Leiber con las “Crónicas del Gran Tiempo”
me abrió la mente y descubrí en él a un amigo con el que
sintonizábamos en ideas. Bob Shaw y su “Cristal lento” es
magnífico. Robert Bloch por “Un juguete para Juliete” de la
serie Visiones Peligrosas. Larry Niven o Clement Hall para aprender
cómo se trata la CF Hard. Sterling y Banks por lo del Cyberpunk.
Michael Crichton para entender el secreto de sus novelas largas;
tengo pendiente leer de él “La esfera” porque vi la película y
quiero comparar. Zelazny y la propuesta de su Faioli aún me produce
seducción y miedo. Bradbury inunda el universo con matemática
poética, Ellison, Golding, Tucker Campbell…
8) E.G. ¿Qué
autor lo ha inspirado más?
J.V.M. En
la CF K. Dick, Leiber, Silverberg, Sheckley, Lem. Fuera
de la CF hay un libro al que siempre vuelvo, es “Verano“de Camus,
él convierte las piedras en flores, (quisiera conocer Argelia).
9) E.G. ¿Se
dice que hay muy poca ciencia ficción en su país, es verdad? ¿Por
qué?
J.V.M. Por
ahora hay muy poco CF, hay algunas variables: las editoriales están
dedicadas a hacer dinero con la literatura infantil y les interesa
solo escalpar esa presa. Nuestros escritores que iniciaron seriamente
con la CF, decantan en otros temas en una deserción comprendida para
ser publicados. A otros escritores no les interesa, viven de sus
glorias pasadas y percibo desdén a experimentar; creo que se
durmieron en el realismo mágico. Ventajosamente para los que
cultivamos el género sin pretensiones canónicas el Internet y la
aldea global ha roto ese prepucio y es fácil “salir” al exterior
y compartir trabajos. Pablo Palacio tuvo el acierto de salirse del
marco indigenista y cultivó sus perlas fantásticas para beneficio
de los que ahora estamos (escribió para el futuro). Ahora se imparte
CF en el bachillerato y eso es un acierto. Guayaquil es el foco
activo con Denise Nader, Fernando Naranjo y José Daniel Santibañez
que tienen como plataforma las apasionantes Tertulias Guayaquileñas
de Ciencia Ficción. Acá en Quito Santiago Paéz de vez en cuando da
un chispazo en la radio o mueve el piso con un nuevo libro (que no es
de CF). Cuenca, Ambato, Esmeraldas, Machala, Tena… estamos
dislocados.
La joven CF
ecuatoriana tiene amplias posibilidades, nuevos autores aparecerán,
se editarán libros y colecciones, crecerá el público y habrá
demanda, las librería abrirán nuevos estantes.
10) E.G. ¿Se
dice que la literatura de ciencia ficción es más bien para los
adolescentes,
piensa que en realidad tiene un alcance más importante?
J.V.M. Sí.
Los grandes escritores de CF confiesan que se engancharon al género
cuando eran adolescentes (12 años) con las lecturas de Astounding y
Amazing. Es una edad que se tienen lo que llamo “el sentido de la
inmortalidad”, el espacio, las aventuras, los riesgos, lo
inesperado, el desafío a las leyes físicas; los ejércitos
galácticos, planetas exóticos de atmósferas verdosas, criaturas de
lógica esquiva… tienden la mano y congenian con esa edad que se
les parece. Ese enganche pasa en otros países cuando tienen la
suerte para la CF de muy chicos acceder al género. En el Ecuador las
librerías están desprovistas (a excepción de Verne y Asimov),
entonces ocurre el desengaño que me tocó vivir a esa edad cuando en
una librería al asesor le indiqué que quería leer algo, como
cuando se entra a un restaurante y muestran la casta; gentilmente me
vendió“ Mi planta de naranja lima” y me desengañé a las
primeras hojas porque todo lo que contaba lo conocía y no me
estimulaba la fantasía en nada. Ningún libro es malo no estoy en
contra de Vasconcelos, solo matizo el hecho de que no correspondía
esa lectura a mi momento histórico, entonces uno pierde tiempo
buscando cuando los Estamentos deberían estar allí para mostrar más
alternativas. Es como para los talentos musicales; imagínese la
barbarie que sería escuchar a Vivaldi por primera vez a los cuarenta
de edad.
Los
adolescentes son apasionados de las películas de CF y los juegos de
video, leen poco y con ellos las novelas largas tienen problemas.
Creo que para engancharles con la lectura de CF debemos escribir con
mucha síntesis. Los jóvenes son mentes brillantes e inquisitivas,
la tecnología digital es parte de sus vidas y creo que el mercado
les subestima. En eso tienen culpa los padres y los profes porque la
literatura es subversiva; no sea que su hijo quiera armar una máquina
del tiempo, o clonarse, teletransportarse, viajar más rápido que la
luz; será entonces “el loquito de la familia” que le destruirá
la licuadora para ensamblar su máquina, por eso acá hay que
mantenerlos sedados con Zezé y compañía. Otra cosa, la sociedad
ecuatoriana es curuchupa*, si se pone un buen polvo en una novela o
se matiza al personaje con tendencias exóticas ya no servirá para
la juventud, así que predomina lo rosa y todos felices, por lo tanto
con ese concepto, la literatura juvenil solo es literatura infantil
socapada.
* Curuchupa:
(del quechua: rabo de cura) "conservador", en el sentido de
este partido o tendencia política. (Leer las Catilinarias de
Montalvo).
11) E.G.
¿Qué opina del porvenir de la literatura de Ciencia Ficción en
Latinoamérica en general y en su país en particular?
J.V.M. Creo
que está en efervescencia y se volverá un referente algún momento;
aparecen nuevos valores y hay mucho que contar. Somos un pueblo de
creatividad paradójica (la que surge de las carencias), recursivo,
de visión crítica y las fronteras están rotas con la
globalización; nuestro aporte, por presupuesto y política de Estado
dedicado a la ciencia es mínimo, pero la CF es un laboratorio en que
cualquier inconforme, con el elemental dominio de los recursos
narrativos se puede sentar a especular y de esos hay muchos por aquí.
Ecuador estaba al margen pero eso se acabó.
Recomiendo leer
el artículo de J Mota a la publicación de Qubit, Antología de la
CF Latinoamericana, donde hay un cuento mío; da luces al respecto:
http://www.cubaliteraria.com/articulo.php?idarticulo=14433&idseccion=72
12) E.G. ¿La
Ciencia Ficción es una manera de expresar la realidad?
J.V.M. La
realidad es una suma de distintas verdades. Todo el mundo tiene su
verdad y tributa en la gran mentira de lo real. La percepción marca
algo como real porque allí está y se mantiene cuando cierro los
ojos, pero para expresar esa realidad debo recurrir a la palabra, a
la imagen, al gesto. Si quiero expresar la realidad a través de la
Ciencia Ficción, eso es imposible porque se mueve en terrenos
futuros o pasados donde la percepción no ha llegado aún; sin
embargo esta paradoja tiene salvedad en el sentido de que el
escritor, usando su mente como laboratorio y extrapolando de sus
recuerdos, imagina percibe y crea un universo particular que pasa a
existir en la medida que comunica sus “visiones” y el lector se
recrea en ellas.
El ejercicio
simulado de hundir a los protagonistas en problemas que suenan reales
funciona en todos los géneros pero en éste los recursos para
recuperar el statu quo amplían su repertorio.
La anagnórisis
de que habla Aristóteles tarda en cumplirse en la CF porque el
reconocimiento del ser humano ante la revelación de sus
circunstancias se prolonga o se anula, las obras están escritas
poniendo mucha tierra entre el presente (del lector) y el porvenir
(de los personajes). El momento que se da este reconocimiento, la
literatura de CF se convierte en novela histórica o como dice
Clarke: “La CF comienza como una novela y termina como un
reportaje”. Es cierto.
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