AUX LIBERTINS
Voluptueux de tous les âges et de tous les sexes, c’est à vous seuls que j’offre cet ouvrage ; nourrissez-vous de ses principes, ils favorisent vos passions, et ces passions, dont de froids et plats moralistes vous effraient, ne sont que les moyens que la nature emploie pour faire parvenir l’homme aux vues qu’elles a sur lui ; n’écoutez que ces passions délicieuses, leur organe est le seul qui doive vous conduire au bonheur.
Femmes lubriques, que la voluptueuse Saint-Ange soit votre modèle ; méprisez, à son exemple, tout ce qui contrarie les lois divines du plaisir qui l’enchaînèrent toute sa vie.
Jeunes filles trop longtemps contenues dans les liens absurdes et dangereux d’une vertu fantastique et d’une religion dégoûtante, imitez l’ardente Eugénie, détruisez, foulez aux pieds, avec autant de rapidité qu’elle, tous les préceptes ridicules inculqués par d’imbéciles parents.
Et vous, aimables débauchés, vous qui, depuis votre jeunesse, n’avez plus d’autres freins que vos désirs, et d’autres lois que vos caprices, que le cynique Dolmancé vous serve d’exemple ; allez aussi loin que lui, si, comme lui, vous voulez parcourir toutes les routes de fleurs que la lubricité vous prépare ; convainquez-vous à son école que ce n’est qu’en étendant la sphère de ses goûts et de ses fantaisies, que ce n’est qu’en sacrifiant tout à la volupté, que le malheureux individu connu sous le nom d’homme, et jeté malgré lui sur ce triste univers, peut réussir à semer quelques roses sur les épines de la vie.
Femmes lubriques, que la voluptueuse Saint-Ange soit votre modèle ; méprisez, à son exemple, tout ce qui contrarie les lois divines du plaisir qui l’enchaînèrent toute sa vie.
Jeunes filles trop longtemps contenues dans les liens absurdes et dangereux d’une vertu fantastique et d’une religion dégoûtante, imitez l’ardente Eugénie, détruisez, foulez aux pieds, avec autant de rapidité qu’elle, tous les préceptes ridicules inculqués par d’imbéciles parents.
Et vous, aimables débauchés, vous qui, depuis votre jeunesse, n’avez plus d’autres freins que vos désirs, et d’autres lois que vos caprices, que le cynique Dolmancé vous serve d’exemple ; allez aussi loin que lui, si, comme lui, vous voulez parcourir toutes les routes de fleurs que la lubricité vous prépare ; convainquez-vous à son école que ce n’est qu’en étendant la sphère de ses goûts et de ses fantaisies, que ce n’est qu’en sacrifiant tout à la volupté, que le malheureux individu connu sous le nom d’homme, et jeté malgré lui sur ce triste univers, peut réussir à semer quelques roses sur les épines de la vie.
Donatien Alphonse François
Marquis de Sade, La philosophie dans le boudoir ou les instituteurs immoraux,
Dialogues destinés à l’éducation des jeunes demoiselles.
1795
Marquis de Sade, La philosophie dans le boudoir ou les instituteurs immoraux,
Dialogues destinés à l’éducation des jeunes demoiselles.
1795
***
Brigitte nous propose sa traduction :
A los libertinos
Voluptuosos de todas edades y sexos, a ustedes solos dedico esta obra ; nútranse ustedes con sus principios, ellos favorecen sus pasiones y dichas pasiones, con las cuales les espantan unos moralistas fríos e insípidos, sólo son los medios que utiliza la naturaleza para que el hombre alcance lo que ella proyecta ; no escuchen ustedes más que estas pasiones deliciosas, ya que es su órgano el único que debe llevarles a la felicidad.
Mujeres lúbricas, que la voluptuosa Sainte-Ange sea su modelo ; desprecien ustedes, como lo hace ella, todo lo que contraria las divinas leyes del placer que la mantuvieron esclava toda su vida.
Mozas demasiado tiempo atadas por los lazos absurdos y peligrosos de una virtud fantástica y de una religión asquerosa, imiten a la ardiente Eugénie, destrocen ustedes, pisoteen, con tanta rápidez como ella, todos los preceptos ridículos inculcados por padres imbéciles.
Y ustedes, tan amables libertinos, ustedes que no tienen, desde su juventud, más frenos que sus deseos, ni otras leyes que sus caprichos, que les sirva de ejemplo el cínico de Dolmance ; váyanse tan lejos como él, si es que, como él, quieran recorrer cuantos caminos enflorecidos les vaya preparando la lubricidad; convínzanse en su escuela de que, sólo con extender la esféra de sus gustos y de sus fantasías, sólo con sacrificarlo todo a la voluptuosidad, el infeliz individuo conocido con la apelación de hombre, echado a pesar suyo en este triste universo, logrará sembrar algunas rosas entre las espinas de la vida.
A los libertinos
Voluptuosos de todas edades y sexos, a ustedes solos dedico esta obra ; nútranse ustedes con sus principios, ellos favorecen sus pasiones y dichas pasiones, con las cuales les espantan unos moralistas fríos e insípidos, sólo son los medios que utiliza la naturaleza para que el hombre alcance lo que ella proyecta ; no escuchen ustedes más que estas pasiones deliciosas, ya que es su órgano el único que debe llevarles a la felicidad.
Mujeres lúbricas, que la voluptuosa Sainte-Ange sea su modelo ; desprecien ustedes, como lo hace ella, todo lo que contraria las divinas leyes del placer que la mantuvieron esclava toda su vida.
Mozas demasiado tiempo atadas por los lazos absurdos y peligrosos de una virtud fantástica y de una religión asquerosa, imiten a la ardiente Eugénie, destrocen ustedes, pisoteen, con tanta rápidez como ella, todos los preceptos ridículos inculcados por padres imbéciles.
Y ustedes, tan amables libertinos, ustedes que no tienen, desde su juventud, más frenos que sus deseos, ni otras leyes que sus caprichos, que les sirva de ejemplo el cínico de Dolmance ; váyanse tan lejos como él, si es que, como él, quieran recorrer cuantos caminos enflorecidos les vaya preparando la lubricidad; convínzanse en su escuela de que, sólo con extender la esféra de sus gustos y de sus fantasías, sólo con sacrificarlo todo a la voluptuosidad, el infeliz individuo conocido con la apelación de hombre, echado a pesar suyo en este triste universo, logrará sembrar algunas rosas entre las espinas de la vida.
***
Odile nous propose sa traduction :
Voluptuosos de todas las edades y de todos los sexos, sólo a ustedes les dedico este libro ; nútranse de sus principios, favorecen sus pasiones, y dichas pasiones, con las cuales frios e insipidos moralistas les espantan, no son más que los medios usados por la naturaleza para que el hombre alcance las miras que ella pone en él; no escuchen más que estas pasiones deliciosas, ya que su órgano es el único que debe conducirlos hacia la felicidad. Mujeres lúbricas, que la voluptuosa Saint-Ange sea su modelo; rechazen, siguiendo su ejemplo, todo lo que contradice las leyes divinas del placer que la encadenaron durante toda su vida.
Doncellas, demasiado tiempo retenidas por los lazos absurdos y peligrosos de una honra
fantástica y de una religión asquerosa, imiten a la apasionada Eugénie, destruyan, desprecien, con semejante rapidez, todos los preceptos ridículos inculcados por unos padres imbéciles.
Y ustedes, amables libertinos, ustedes quienes, desde su juventud, no tenéis más frenos que sus deseos y más leyes que sus caprichos, que les sirva de ejemplo el cínico Dolmancé; vayan tan lejos como él, si queréis, como él, recorrer todos los caminos de flores que la lubricidad les tiene preparada; convínzanse en su escuela que será al extender la esfera de sus gustos y de sus fantasias, sacrificándolo todo a la voluptad, que el triste individuo conocido por el nombre de hombre, y arrojado a pesar suyo en este triste universo, puede conseguir sembrar algunas rosas sobre las espinas de la vida.
Voluptuosos de todas las edades y de todos los sexos, sólo a ustedes les dedico este libro ; nútranse de sus principios, favorecen sus pasiones, y dichas pasiones, con las cuales frios e insipidos moralistas les espantan, no son más que los medios usados por la naturaleza para que el hombre alcance las miras que ella pone en él; no escuchen más que estas pasiones deliciosas, ya que su órgano es el único que debe conducirlos hacia la felicidad. Mujeres lúbricas, que la voluptuosa Saint-Ange sea su modelo; rechazen, siguiendo su ejemplo, todo lo que contradice las leyes divinas del placer que la encadenaron durante toda su vida.
Doncellas, demasiado tiempo retenidas por los lazos absurdos y peligrosos de una honra
fantástica y de una religión asquerosa, imiten a la apasionada Eugénie, destruyan, desprecien, con semejante rapidez, todos los preceptos ridículos inculcados por unos padres imbéciles.
Y ustedes, amables libertinos, ustedes quienes, desde su juventud, no tenéis más frenos que sus deseos y más leyes que sus caprichos, que les sirva de ejemplo el cínico Dolmancé; vayan tan lejos como él, si queréis, como él, recorrer todos los caminos de flores que la lubricidad les tiene preparada; convínzanse en su escuela que será al extender la esfera de sus gustos y de sus fantasias, sacrificándolo todo a la voluptad, que el triste individuo conocido por el nombre de hombre, y arrojado a pesar suyo en este triste universo, puede conseguir sembrar algunas rosas sobre las espinas de la vida.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire