dimanche 13 novembre 2011

Pas de SF en Amérique latine ?

Un peu de lecture pour les curieux (« El sueño del robot », par RPACOC, Pérou)

Roservind era un robot autómata y trabajador en las minas de Yanacocha. A sus 160 años de edad, él aún estaba en servicio efectivo. Nunca descansaba salvo los días en que tenía que recargase de energía o en los mantenimientos de máquinas autómatas. Este robot servía en una época después de la “Gran Revolución Robótica” (fue de mucho mayor impacto que la Revolución Industrial) y poco después de la R.R.I. (Reforma Robótica Industrial) en las que millones y millones de robots fueron destruidos en todo el planeta por manos humanas. Aunque estas máquinas con inteligencia artificial eran muy avanzadas, nunca significaron un peligro para la humanidad. Ya que su inteligencia nunca llegaría a ser comparada con la de un humano. Nunca tendrían la ambición y maldad para matar seres vivos. O tener lo que los humanos tienen en especial… esa cosa llamada, alma. Roservind tenía una estructura morfológica de un humano. Cubierto de metal resistente a la corrosión, su rostro no reflejaba emoción alguna. Este servía como multiusos en la industria, ya que en toda una planta industrial sólo podría haber como máximo 3 robots según la ley 5 de la R.R.I. Su principal labor era de personal de limpieza, médico, contabilizador e instalador de dinamitas; aparte de otros trabajos más. Diariamente era víctima de humillaciones por parte de los trabajadores. Le escupían, pintaban, meaban en su cuerpo metálico y éste no entendía la burla de los que se reían de él. Un día Roservind estuvo trabajando a 4000 metros bajo tierra con más de 100 mineros. Fue entonces cuando sucedió el siniestro: hubo un derrumbe que cubrió de rocas y tierra a todas las entradas de la minas. Tardarían más de 8 meses en rescatarlos, si estuviesen con vida. Después de 4 meses los trabajadores empezaban a morir de uno en uno por hambre y sed. Incluso la ayuda médica del robot no fue suficiente para los desgraciados. Tan solo quedaban unos 10 de los 100 que había. El robot no podía hacer nada y tan sólo se dedicaba a observar la agonía de los restantes. Aunque no tenía emociones, podía pensar. Y recordó los viejos tiempos que tenía un su base de datos de memoria, en que servía a una familia como mayordomo. Familia que lo vendió a un chatarrero, pero… él nunca sintió disgusto alguno. Nunca comprendía por qué las personas lloraban, reían… Eran tan impredecibles. Vio al último minero vivo al borde de la muerte agarrando una cruz y otro una foto de su familia, éste lloraba y poco después, murió. El robot quedó totalmente solo con los cadáveres. Y por primera vez se preguntó qué le hacía diferente de los humanos. Porque ellos van al cielo y los robots… no. Los animales no van al cielo —se decía a sí mismo— ¿Por qué los humanos? ¿Yo podría ir al cielo? De esa manera el robot se formulaba muchas preguntas. En una de esas, recordaba cuando hubo una huelga de trabajadores de la mina. Estos reclamaban sus derechos, tenían metas en la vida. Recordaba los grandes triunfos en la historia de la humanidad; lograron sus metas… sus sueños. Varios días después las luces dentro de la mina se apagaron y el robot quedó en total oscuridad… y se preguntó: ¿Cuál es mi meta en mi existencia? Prendió la luz de su casco y empezó a leer una biblia que tomó de un cadáver. Pasaron más de nueve meses, y llegó el rescate… sólo sacaron al robot. Una vez fuera. Todos miraban con odio a éste. Sin motivo alguno un supervisor le dijo al robot:, — ¡Tú… Vuelve a tu trabajo! , El robot se quedó parado frente al supervisor, y este quedó sorprendido porque todos los robots siempre ejecutan una orden rápidamente… pero éste era diferente., — ¡Vuelve a tu trabajo!—le seguía exclamando el supervisor. Pero el robot logró entender la diferencia entre robots y humanos… era el alma. Según las sagradas escrituras, el alma era única en cada ser humano y la que se iría al cielo o al infierno dejando el cuerpo material., — ¡No escuchas robot estúpido! — Roservind se preguntaba: ¿Cómo puedo pensar independientemente sin obedecer las complejas líneas de programación? ¿Cómo haría para obtener un alma? Y sin darse cuenta el robot ya tenía una meta… un sueño. Ahora sólo faltaba darle el punto de inicio a su largo camino… una palabra:, — ¡Renuncio!, y desde ese momento Roservind acababa de nacer.

17 commentaires:

Elena a dit…

On le traduit ?

Tradabordo a dit…

Ce serait une bonne idée…

Tradabordo a dit…

Propose-moi un premier jet de la première phrase…

Elena a dit…

Roservind était un robot automate et un travailleur dans les mines de Yanacocha.

Lo que se dice: un premier jet !

Tradabordo a dit…

« et un travailleur »… Ça m'ennuie ; je sais qu'il s'agit de la traduction littérale et qu'en général, je vous incite à vous y tenir pour éviter les écueils de la réécriture, mais là, bof, bof, bof… Est-ce qu'on ne devrait pas carrément changer la nature du mot pour rejoindre quelque chose de plus "naturel" en français (et j'insiste bien sur les guillemets que je mets à cet adjectif) ? Propose !

Elena a dit…

Oui, je suis d'accord, alors, j'ai pensé à changer de registre grammaticale :
"qui travaillait"
"qui était un travailleur"
"et il travaillait" (si on veut à tout prix conserver le "y")

Tradabordo a dit…

« qui travaillait » me semble bien… Maintenant, je pense qu'on peut se garder sous le coude – pour quand on sera à la relecture finale : « était employé ». Mon hésitation porte sur le point suivant : l'argument que construit le texte sur l'autonomie ou non des robots. Selon comment nous trancherons la question, il faudra opter pour l'une ou l'autre solution.
Je récapitule pour cette première phrase : Roservind était un robot automate qui travaillait / était employé dans les mines de Yanacocha.
Allez, passe à la deuxième phrase…

Elena a dit…

À son âge : 160 ans, il était encore en service effectif.
À son âge,160 ans, il était encore en service effectif.

Tradabordo a dit…

Je préfère la deuxième solution… mais je me demande si on ne peut pas tout bonnement faire l'économie de « À son âge ». Qu'en penses-tu ?

Elena a dit…

Je propose donc :

À 160 ans, il assurait encore un service effectif.

Tradabordo a dit…

« assurait encore un service effectif » ? Non… va au plus simple ; surtout s'agissant d'une machine, il vaut mieux se couler dans le type d'expressions et de constructions qu'on emploierait spontanément.

Elena a dit…

À 160 ans, il était encore en service effectif. Il ne se reposait jamais, hormis les jours où il devait se recharger en énergie ou lors des maintenances des machines automates.

Elena a dit…

Ce robot servait toujours à une époque faisant suite à la « Grande Révolution Robotique » (qui eut un impact beaucoup plus important que celui de la Révolution Industrielle) et peu après la RRI (Réforme Robotique Industrielle) au cours desquelles des millions et des millions de robots furent détruits dans tout le monde par des humains.

Elena a dit…

Bien que ces machines avec une intelligence artificielle fussent très en avance, jamais elles ne représentèrent un danger pour l’humanité, car à aucun moment, leur intelligence ne saurait se comparer à celle d’un être humain.

- d'une intelligence artificielle
- dotées d'une intelligence artificielle (surtraduction ?)

Tradabordo a dit…

Il manque une phrase : « Nunca descansaba salvo los días en que tenía que recargase de energía o en los mantenimientos de máquinas autómatas. » J'attends que tu me proposes une traduction pour celle-ci avant de passer à la suivante… sinon, on ne va plus s'en sortir…

Tradabordo a dit…

Pour que ce soit plus pratique, je vais faire un post par phrase… et à la fin, on mettra tout ensemble.

IRENE a dit…

Je prends le train en route :
Jamais il ne prenait de repos, si ce n'est les jours où il devait refaire le plein d'énergie (recharger les piles) ou passer par la maintenance (le service de maintenance) des machines automates.