mardi 24 février 2009

Version d'entraînement, 27

En photo : Pascal Laporte 1901 (400 dpi) par Frederic Humbert...

À propos de l'illustration :
La précédente ayant soulevé un concert de protestations, je vous propose celle-ci. Cela convient-il mieux aux amateurs et amatrices ?

Aujourd'hui, deux textes un peu spéciaux… à la demande d'un des membres de Trababordo, qui a souhaité demeurer anonyme. Je respecte sa décision et satisfait sa demande, avec plaisir :

¿Cómo es un partido de rugby?

El pitazo inicial
Llega el momento de jugar. Los equipos lucen sus uniformes impecables. Unos calientan a un lado de la cancha, los otros ya están listos para jugar. Es un día despejado con sol radiante que quema la piel al instante. Algunos jugadores se esparcen bloqueador solar, mientras otros se colocan su protector bucal.

El público grita de emoción, se escucha el pitazo e inicia el partido. El balón vuela y los jugadores empiezan la lucha por alcanzarlo. Corren de un lado a otro, hacen pases hacia atrás y en diagonal queriendo anotar en el campo contrario. Por momentos, se hace una montaña humana cuando unos caen sobre otros tratando de quitarle el balón al oponente. Se para el partido.

Con otro pitazo se reinicia. Algunos jugadores caen de bruces sobre la grama encharcada y tiñen sus uniformes con barro. Muchos de ellos ya han probado qué es estrellarse de frente contra el piso.

Es muy frecuente observar a un jugador corriendo con el balón como un caballo desbocado, esquivando contrincantes en una carrera loca hacia el campo contrario para marcar anotación. Muchas veces, el intento es fallido. Aparece de la nada el oponente que se lanza en el aire con sus brazos estirados, lo caza por la cintura y lo hace ir en golpe seco contra el piso. Hasta los espectadores sienten en su humanidad el golpe... se estremecen. Los dos tiempos en que se divide el partido pasan ‘volando’.

Al momento del pitazo final, quedan varias cosas visibles al espectador: un equipo ganador, el perdedor, un uniforme amarillento por el barro, la sonrisa de la victoria, unos cuantos ‘moretones’ y ‘raspadas’ y unas ganas visibles en las caras de los jugadores por saber cuándo será el próximo partido, el de la revancha, o el que definirá quién será el mejor del torneo.

Merci à : http://extroversia.universia.net.co/html/reportajes/rugby/reportajeRugby_02.html

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Relato de un Capitán
Sunday, 13 January 2008

Todo partió muy mal… me había quedado dormido. Pensé que no iba a llegar pero al final llegué cerca de las 9:30 horas a JuniorMantagua. En ese momento vi que todo mi equipo calentaba para el primer partido de 7 a side. Yo hice lo mismo, porque Checho (nuestro entrenador) siempre nos dice que los primeros partidos son difíciles y que es ahí cuando cometemos la mayoría de los errores, producto del cansancio.

Finalmente llegó el turno de nuestro primer partido… nuestro rival fue Dunalastair. Jugamos un rugby no muy bueno, pero conseguimos nuestro objetivo ya que ganamos 45 -5. El segundo partido era ante Wenlock, un rival duro pero que vencimos por 27-0. Hasta entonces nuestro rugby segía siendo regular, así que nuestro entrenador nos dijo que definitivamente no estábamos jugando bien, y que si queríamos ganar el campeonato el partido que venía a continuación era “clave”. El partido jugábamos a continuación era ante Craighouse, un equipo que venía en alza y con buen juego.

Aún así, fuimos mejores y les ganamos por 12-0… pero Checho seguía preocupado, nuestro juego de seven no estaba funcionado como quería, aún cuando nosotros seguíamos luchando y con muchas ganas de llevarnos el shield.
Nuestro paso a semifinales nos llevó a enfrentarnos a un rival conocido, Redland. Jugamos un mal partido, pero al fin y al cabo les ganamos 8-5 con un drop de Diego Manzano y con el try de Francisco Bórquez.
Ya estábamos en semifinales y nuestro siguiente rival era Bradford, un equipo que había demostrado un buen rugby en las primeras rondas…al contrario de nosotros…pero todo se nos dio, y les ganamos 30-7… desde este punto en adelante, todo fue un sueño.
Quedaban 20 minutos para jugar la gran final y nuestros familiares ya habían llegado. El último rival era un clásico… Grange. De los casi 10 partidos que habíamos jugado ante ellos, no habíamos ganado ninguno, pero esta vez sería diferente ya que nos sentíamos más fuertes y con ganas de cambiar la historia.
Entramos a la cancha listos para el pitazo inicial del partido, que se inició con una muy buena salida de nuestro fly, y a partir de ese minuto demostramos todo lo que teníamos. El partido fue apretado en todo momento, pero luego de una ayuda de Cristián Gómez, el triunfo se nos anticipaba… Lograron igualarnos a 7, aunque más tarde nos fuimos al descanso 14-7 luego de un try de Ramiro Bofill.
En el segundo tiempo salimos a buscar la victoria…pero cuando quedaban 3 minutos , Grange igualó el marcador. Pensamos que todo estaba perdido, pero cuando volvimos del tiempo extra, en el minuto 1, Diego Manzano hace una tijera con Joao Campagnaro, y luego un falso con Joaquín Yuri… y la historia cambió, Diego anotó el try debajo de los palos y fuimos campeones !!!!!
Fue una sensación increíble. Ganarle por primera vez al Grange, dedicarle el triunfo a nuestras familias y de paso demostrarles a todos que éramos capaces.
Así se escribió una nueva historia para contar… logramos obtener el último shield que nos faltaba. No podríamos haberlo hecho sin la ayuda de nuestro entrenador Sergio Delgado.
Dedicamos también este triunfo, a la barra que estuvo constantemente d´ñandonos fuerza y confianza. Gracias también a The Mackay School por darnos la oportunidad de participar en este campeonato.

Sergio Bascuñán y equipo
Capitán Junior

Merci à : http://www.mackay.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=3:relato-de-un-capitan&catid=10:general&Itemid=14

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Claire – étudiante du groupe 2 de CAPES – nous propose sa traduction du premier texte :

« Comment c’est, un match de rugby ? »

Le coup d’envoi.

Le moment de jouer approche. Les équipes portent leurs tenues impeccables. Les uns s’échauffent du côté des poteaux, les autres sont déjà prêts à jouer. C’est une journée dégagée où le soleil radieux brûle instantanément la peau. Quelques joueurs se couvrent de crème solaire tandis que d’autres mettent leur protège-dents.
Le public crie d’impatience, on entend le coup de sifflet et le match commence. Le ballon vole et les joueurs entament la lutte pour l’attraper. Ils courent d’un côté à l’autre, ils font des passes vers l’arrière et en diagonale, pour s’installer dans le camp adverse. Parfois, une montagne humaine se crée lorsque les uns tombent sur les autres en essayant de prendre le ballon à l’adversaire. Le match s’arrête.
Un nouveau coup de sifflet le fait redémarrer. Quelques joueurs tombent violemment sur la pelouse abîmée et tachent leur tenue de boue. Beaucoup d’entre eux savent déjà ce que c’est de s’écraser de plein fouet sur le sol. Il est très fréquent de voir un joueur courir avec le ballon comme un cheval emballé, esquivant les obstacles dans une course folle vers le camp adverse pour mettre un essai. Souvent la tentative échoue. L’adversaire, sortant de nulle part, se lance dans les airs, les bras tendus, le saisit par la taille et le fait tomber d’un coup sec sur le sol. Même les spectateurs ressentent dans leur humanité le choc… ils tressaillent. Les deux périodes qui composent le match passent « à toute allure ».
Au moment du coup de sifflet final, il reste plusieurs choses à voir pour le spectateur : une équipe victorieuse, une perdante, une tenue brunie par la boue, le sourire de la victoire, quelques « yeux au beurre noir » et « égratignures » et un désir visible sur les visages des joueurs de savoir quand sera le prochain match, celui de la revanche, ou celui qui décidera qui sera le meilleur du tournoi.

Laure G. nous propose sa traduction :

Comment ça se passe, un match de rugby ?

Coup de sifflet de départ.
Le moment du match est arrivé. Les équipes ont revêtu leur tenue impeccable. Les uns s’échauffent sur la touche, les autres sont déjà prêts à jouer. Le ciel est dégagé et un soleil radieux brûle instantanément la peau. Quelques joueurs se badigeonnent de crème solaire tandis que d’autres mettent leur protège-dents.
Le public pousse des cris d’émotions, on entend le coup de sifflet annonçant le début du match. Les joueurs s’engagent dans une lutte pour le ballon qui est déjà en train de voler. Ils courent d’un bout à l’autre du terrain, font des passes en arrière et en diagonal, désireux de marquer dans le camp adverse. Par moments, une montagne humaine se forme, les uns tombant au-dessus des autres pour tenter de piquer le ballon à l’adversaire. Le match s’arrête.
Un autre coup de sifflet et le match reprend. Quelques joueurs s’étalent sur le gazon détrempé, couvrant de boue leur tenue. Nombreux sont ceux qui savent ce que c’est que de s’écraser sur le sol.
Il est très fréquent de voir un joueur courir avec le ballon comme un cheval emballé, esquivant ses adversaires dans une course folle en direction opposée pour marquer un essai. Souvent aussi, l’entreprise échoue quand soudain l’adversaire apparaît du néant et s’élance dans les airs les bras tendus, le happe à la taille et le plaque violemment contre le sol. Le choc fait même tressaillir les spectateurs qui le ressentent comme s’ils y étaient. Les deux mi-temps du match passent à toute vitesse.
Au moment du coup de sifflet final, plusieurs choses se présentent à la vue du spectateur : une équipe gagnante, une perdante, une tenue jaunie par la boue, le sourire de la victoire, quelques bleus et éraflures, l’envie qui se lit sur les visages des joueurs de savoir quand aura lieu le prochain match, celui de la revanche, ou celui qui définira la meilleure équipe du tournoi.

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Nathalie nous propose sa traduction du deuxième texte, avec, à son habitude, un petit topo d'accompagnement et un relevé de coquilles :

« J’ai longtemps hésité avant de savoir si j’allais traduire le récit du capitaine des Junior au passé simple ou au passé composé ; j’ai finalement opté pour le passé simple puisqu’il s’agit d’écrire une page glorieuse de l’histoire du club, une épopée qui fera date. Malgré tout, certaines formes (gagnâmes ou vainquîmes) sonnent étrangement à mon oreille…
Quelques coquilles :

- « nuestro rugby segía siendo » = « seguía »
- « el partido * jugábamos » = que
- « dedicamos tambiéen este triunfo, » = la virgule est en trop
- « d’ñandonos » = dándonos »

Un capitaine raconte

Sunday, 13 January 2008

Tout commença très mal… je m’étais endormi. Je pensai que je n’arriverais jamais, mais, finalement, j’atteignis Junior Mantagua vers 9 heures 30. C’est là que je vis que mon équipe au grand complet s’échauffait pour le premier match de rugby à 7. J’en fis autant parce que Checho (notre entraîneur) nous dit toujours que les premiers matches sont les plus difficiles et que c’est à ce moment-là que nous commettons le plus grand nombre de fautes, du fait de la fatigue.

Notre premier match finit par arriver… contre Dunalastair. Notre jeu ne fut pas très bon mais notre objectif fut atteint car nous l’emportâmes 45 à 5. Le deuxième match se joua contre Wenlock, des adversaires difficiles mais que nous avons vainquîmes 27 à 0. Notre rugby avait été jusqu’alors assez moyen ; aussi, notre entraîneur nous affirma que nous jouions vraiment mal et que si nous voulions gagner le championnat, notre prochain match serait « décisif ». Le match que nous allions jouer devait nous opposer à Craighouse, une équipe en pleine ascension, avec un jeu solide.

Malgré tout, nous fumes meilleurs qu’eux et nous les battîmes 12 à 0… mais Checho restait inquiet : notre jeu de seven ne marchait pas aussi bien qu’il le souhaitait, alors que nous, nous continuions à nous battre de plus belle pour remporter le shield.

Pour accéder aux demi-finales, nous eûmes à affronter un adversaire connu, Redland. Nous fîmes un mauvais match mais nous gagnâmes malgré tout 8 à 5 grâce à un drop de Diego Manzano et l’essai de Francisco Bórquez. Nous étions en demi-finales et notre futur adversaire était Bradford, une équipe qui avait développé du beau jeu dans les phases préliminaires… contrairement à notre équipe, mais tout nous réussit et nous l’emportâmes 30 à 7… dès cet instant, tout se passa comme dans un rêve.

Il ne restait que vingt minutes avant de jouer la grande finale et nos proches venaient d’arriver. Notre dernier adversaire était un habitué… Grange. Sur presque dix matchs que nous avions joué contre eux, nous n’en avions remporté aucun, mais cette fois-ci, ce serait différent car nous nous sentions plus forts et nous avions envie de changer l’histoire.

En pénétrant sur le terrain, nous étions prêts pour le lancement ; le match débuta par une très bonne sortie de notre demi d’ouverture et à partir de là, nous montrâmes tout ce dont nous étions capables. Le match fut longtemps incertain mais avec l’aide de Cristián Gómez, notre triomphe se faisait jour… Ils réussirent à égaliser à 7 partout même si, plus tard, nous regagnâmes les vestiaires avec un score de 14 à 7, après un essai de Ramiro Bofill.

En seconde mi-temps, nous allions au-devant de la victoire… quand, à trois minutes de la fin, Grange égalisa. Nous pensâmes que tout était perdu mais à la première minute des prolongations, Diego Manzano réalise un débordement sur Joao Campagnaro puis une feinte sur Joaquín Yuri… et l’histoire a basculé, Diego a marqué l’essai entre les poteaux et nous sommes devenus champions !!!!!

Ce que nous avons ressenti alors était incroyable. Battre Grange pour la première fois, dédier ce triomphe à nos proches et, au passage, montrer à tout le monde que nous pouvions le faire.

C’est ainsi que fut écrite une nouvelle page de notre histoire… Nous sommes parvenus à décrocher le dernier shield qui nous manquait. Et nous n’aurions pas pu le faire sans l’aide de notre entraîneur, Sergio Delgado.

Nous dédions également ce triomphe à nos supporters qui nous ont apporté force et confiance sans relâche. Merci aussi à la Mackay School pour nous avoir permis de participer à ce championnat.

Sergio Bascuñán et son équipe

Capitaine des Junior

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